Me despierto y todo ha sido un sueño.
Nunca me has hablado,
nunca me has sonreído,
nunca me han besado tus labios,
nunca me han tocado tus manos.
He soñado todo lo que creía verdad,
he soñado esa felicidad infinita
que surgía cuando estabas cerca,
he soñado esas mariposas en mi estómago
siempre que te tenía justo a mi lado.
He soñado con las emociones,
con las risas y las prisas.
Con las ganas de tocarte
y al oído cantarte.
Decirte que te quiero,
eso también era un sueño.
Las palabras nunca mejor dichas,
el billete de ida buscando una mina,
las ilusiones nacientes y el silencio latente.
La vida en los ojos de quien miras,
el delirio que en mí nacía,
los chistes, la guinda de mi pastel,
roja, brillante, deliciosa.
Estuve una semana soñando
y llevo un mes despertando,
digiriendo todo ese sueño.
No quería despertar.
No quería dejarte escapar.
La realidad es mucho más normal,
más dura, más hiriente.
Al despertar descubro, muy a mi pesar,
que nada ha sido de verdad.
Lo único que queda de ese sueño
es un silencio que no es pequeño.
--Daniela--
El Faro
La bruma se apartó y se dejó ver entre las sombras aquel faro que había estado buscando. - Daniela
Una frase , una hoguera. - Raúl
martes, 27 de octubre de 2015
sábado, 12 de septiembre de 2015
Respiro
El gato que
busca
la madeja de
lana,
así estoy yo
cuando no sé
nada.
Hundo mis
manos
en papel que
late,
últimamente,
es lo único
que me vale.
Vivo, me
hincho.
Escribo, me
desinflo.
Mi interior
se hace pequeño,
ya no me
caben más cuentos.
El sapo
resultó ser rana
envuelta
entre capas de pana.
Sigo
soñando,
quiero ser
nube
para que al
llover,
mi esencia
te nuble.
Esto es algo
que sube,
llega hasta el cielo
y no se
hunde.
Quiero ser
aire,
como el que
roza mi cara
en un día de
calor,
fresco, nuevo,
esperanzador.
Me hace
recordar
que el
invierno
no tardará
en llegar.
Ahora
escribo sin motivo,
para huir de
todo en un suspiro.
Respiro.
Respiro. Respiro.
Profundo, y me río.
--Daniela--
martes, 8 de septiembre de 2015
Yo y yo. Tú y tú
Recordando
cuando fuimos
a parar en
el camino.
Nos
demoramos en saborear
todo lo que
quisimos,
pero algo
hizo que se rompiera
la cuerda
que nos había unido.
Qué bonito
fue.
Para mí
lo más
intenso que viví.
No te voy a
negar
toda esa
felicidad,
tan grande,
que al suceder
no me la
llegué a creer.
Tampoco te
niego
lo que sentí
al verte
partir:
un dolor
ciego
en el fondo
de mi pecho.
He de
confesar
que me ha
costado
volver a
caminar,
pero digo
con orgullo
que ya no
hay nada tuyo,
todo aquello
ya es pasado,
ya no duele,
ya no hiere.
Sigo
pensando que fue bonito,
de las
mejores historias
que he
vivido,
pero puedo
recordarlo
sin dar un
paso en falso,
sin caer en
el derribo
que hasta
hace poco ha sido.
No sé qué va
a pasar
entre yo y
yo,
entre tú y
tú,
entre tú y
yo
o yo y tú.
Pero gracias.
Por aquel
episodio,
por haber
existido en mi vida,
por haber
sido una salida,
una escapada
al mismo cielo
y por
haberme puesto
los pies en
el suelo.
--Daniela--
Suscribirse a:
Entradas (Atom)